(Foto: Israel Leal AP)
He aquí la pregunta del millón de dólares sobre el fracaso de la propuesta para condenar al régimen de Venezuela en la reunión de cancilleres de la Organización de Estados Americanos: ¿cómo puede ser que un puñado de pequeñas islas del Caribe pudieron derrotar una resolución a favor de la democracia respaldada por Estados Unidos, Canadá, México, Brasil, Argentina y otros 15 países de la región?
Suena ridículo, pero eso es exactamente lo que ocurrió en la reunión de la OEA del 19 de junio en Cancún, México, para discutir la ruptura del orden democrático en Venezuela.
En la reunión, 20 países votaron a favor de una resolución que habría exigido al presidente de facto de Venezuela, Nicolás Maduro, que detenga su plan de realizar una asamblea constituyente para abolir la Constitución actual. La resolución también pedía reconocer los derechos de la Asamblea Nacional, de mayoría opositora, y permitir un “grupo de países amigos” para mediar en la crisis venezolana, que ya ha resultado en 75 muertos en las últimas semanas.
Sin embargo, la resolucion no fue aprobada porque San Vicente y las Granadinas, Dominica y San Cristóbal y Nieves –junto con los aliados venezolanos tradicionales Nicaragua y Bolivia– votaron en contra. Y otros países del Caribe como Haití, la República Dominicana, Granada, Trinidad y Tobago y Antigua y Barbuda se abstuvieron, lo que de hecho mató la resolución, que requeriría una mayoría de 23 votos para convertirse en obligatoria.
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Etiquetas: Caribe, Maduro, OEA, Venezuela