(Foto: Carlos Becerra Bloomberg)
Hay una gran ironía en los últimos titulares sobre América Latina: mientras muchos de nosotros en los medios estamos escribiendo artículos sobre los escándalos de corrupción de Brasil, como es nuestro deber hacerlo, poco se habla de la inmensa corrupción que tiene lugar en Venezuela.
Es casi como si Brasil estuviera pagando un alto precio por ser una democracia con una prensa libre, mientras que Venezuela y otras cleptocracias –gobiernos de ladrones– que no respetan las reglas democráticas pueden salirse con la suya saqueando los recursos de sus países y manteniendo sus escándalos ocultos del público.
La ironía me vino a la mente cuando leí que el gobernante de facto de Venezuela Nicolás Maduro dijo el 21 de mayo que el “gobierno fascista de Brasil está cayendo” debido a la “corrupción”. ¡Qué caradura!
Por supuesto, la indignación en Brasil por la última investigación de corrupción contra el presidente Michel Temer está totalmente justificada. Los fiscales de Brasil están haciendo su trabajo, y han encontrado tanta corrupción que, a la hora de escribir esto, no está claro si Temer seguirá en su cargo.
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Etiquetas: corrupción, Maduro, Venezuela