(Foto: Federico Parra AFP/Getty Images)
A juzgar por el comportamiento previo del régimen de Venezuela, su reacción ante una probable derrota en las elecciones legislativas del 6 de diciembre podría ser la de realizar un golpe de estado poselectoral dentro de algunas semanas, una vez que la atención internacional se haya desplazado hacia otro lado.
Pero esta vez, a diferencia del pasado, le será más difícil al presidente Nicolás Maduro burlarse de las reglas democráticas. Con la economía colapsada, la tasa de inflación más alta del planeta, los estantes de los supermercados semivacíos y un entorno internacional mucho menos amigable, estas elecciones podrían marcar el principio del fin de uno de los gobiernos más corruptos e ineptos en el mundo.
La mayoría de las encuestas de opinión pública previas a la elección, como la de Datanalisis, conciden en que la coalición opositora MUD podría ganar el voto popular por unos 30 puntos porcentuales.
A pesar de que este ha sido el proceso electoral más antidemocrático en la historia reciente de Sudamérica –además del encarcelamiento arbitrario de líderes de la oposición, controles de prensa y leyes electorales que permiten a pequeños estados con mayoría oficialista eligir más legisladores que los estados mas poblados del país con mayoría opositora– la oposición podría arrasar incluso en los estados más “chavistas”, como Barinas, dicen las encuestas.
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Etiquetas: Elecciones Venezuela, Maduro, Venezuela