(Foto: Olivier Douliery / POOL EFE)
El presidente Trump tiene razón en que la apertura del gobierno de Obama hacia Cuba no produjo resultados en materia de derechos humanos o cambios democráticos, pero me temo que su plan de revertir parcialmente la actual política estadounidense hacia la isla solo ayudará a empeorar las cosas.
La revocación parcial de la apertura de Obama a Cuba, que Trump tiene planeado anunciar con bombos y platillos en Miami el viernes, incluirá la prohibición de que las empresas estadounidenses hagan negocios con compañías afiliadas al ejército cubano, y restricciones parciales al turismo estadounidense a la isla, segun funcionarios estadounidenses.
Trump no cerrará la embajada de Estados Unidos en La Habana, ni restablecerá la política por la cual los refugiados cubanos podían obtener asilo automático si tocaban suelo estadounidense, afirman.
Sin embargo, el coctel de medidas planeadas por Trump no le va a hacer un daño económico mayúsculo a la dictadura cubana, y le dará al régimen nueva munición para proclamarse una víctima de la “agresión yanqui”. Y también le dará al régimen cubano una excusa para posponer las más mínimas reformas democráticas más allá del anunciado retiro del presidente Raúl Castro, de 86 años, en febrero de 2018.
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Etiquetas: Cuba, Trump