(Foto: Ramon Espinosa – AP)
Es una tremenda ironía. El general Raúl Castro, gobernante de Cuba, ha sido aplaudido por líderes de todo el mundo por su mediación en las conversaciones de paz de Colombia, pero él se sigue negando a llevar a cabo conversaciones de paz con la oposición interna de su propio país.
La ironía de la mediación de Castro en las conversaciones de paz de Colombia con los guerrilleros de las FARC me fue señalada esta semana por Guillermo Fariñas, el conocido disidente cubano que empezó una huelga de hambre el 20 de julio en su ciudad de Santa Clara, Cuba. Fariñas me dijo que quiere llamar la atención del mundo sobre la situación de los disidentes pacíficos de Cuba, y pedir al régimen de Castro que comience un diálogo con ellos.
Más de otros 12 disidentes se han unido a la huelga de hambre de Fariñas por tiempo indefinido, y el grupo disidente Unión Patriótica de Cuba (UNPACU) anunció que otros 200 de sus miembros llevarían a cabo un ayuno de 12 horas en un gesto simbólico de apoyo a los huelguistas.
Suena absurdo, pero aún ahora – un año después de que Cuba y Estados Unidos reanudaron relaciones diplomáticas, y cuando cruceros de EEUU repletos de turistas estadounidenses están llegando a la isla – el régimen militar cubano se niega a hablar con ningún opositor pacífico cubano bajo el ridículo pretexto de que todos ellos son “mercenarios” de Estados Unidos.
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Etiquetas: acuerdo de paz, Colombia, Cuba, EEUU