(PHOTO: Jon Super/AP/Corbis)
Hasta hace unas semanas, todo parecía indicar que la Cumbre de las Américas del 10 de abril en Panamá sería una fiesta en la que el presidente Barack Obama sellaría su acuerdo de normalización de relaciones con Cuba, y cerraría una vieja herida entre Estados Unidos y America Latina. Sin embargo, las probabilidades de que Obama emerja como un ganador neto parecen sombrías.
Varios hechos que acontecieron en las últimas semanas pondrán a Obama a la defensiva durante esta mega cumbre de 34 jefes de estado, que se realiza solo cada tres o cuatro años.
En primer lugar, la orden ejecutiva de Obama del 9 de marzo ordenando suspender las visas y congelar los fondos en Estados Unidos de siete funcionarios venezolanos acusados de actos de abusos contra los derechos humanos y corrupción, le ha dado una excusa de oro al presidente venezolano Nicolás Maduro para montar un gran show, y pedir 10 millones de firmas exigiendo la derogación de la medida. Maduro dijo que presentará el pliego de firmas a Obama durante la cumbre en Panamá.
Aunque las sanciones de Estados Unidos no afectarán a la población venezolana en general, sino a siete funcionarios, Maduro las presenta como una “agresión contra Venezuela”, y es probable que la disputa entre Estados Unidos y Venezuela dominará una buena parte de la cumbre.
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Etiquetas: Cumbre de Panamá, Obama