El comienzo del 2015 encuentra a Latinoamérica convertida en una región sin líderes, donde los países con mayor peso político en los últimos años — Brasil, Venezuela y México — se han debilitado significativamente por serios problemas internos.
Brasil, el gigante sudamericano, enfrenta graves problemas económicos y políticos. La presidenta Dilma Rousseff comienza su segundo mandato como la mandataria más débil de Brasil de los últimos tiempos, con una economía estancada, una oposición considerable en el Congreso y un creciente escándalo político en torno a los presuntos sobornos pagados por la compañía petrolera Petrobras a miembros de alto rango del partido gobernante.
Y a pesar del reciente nombramiento del respetado banquero Joaquim Levy como ministro de Hacienda, pocos esperan que Rousseff tenga suficiente capital político para implementar las reformas económicas que necesita el país. “Las perspectivas de los próximos cuatro años son sombrías”, sentenció la revista The Economist esta semana.
La mayoría de los analistas brasileños coinciden en que el creciente escándalo de Petrobras y la urgente necesidad de revitalizar la economía de Brasil harán muy difícil que Rousseff pueda ejercer un liderazgo en asuntos regionales. En los últimos años, Brasil ha sido la fuerza impulsora detrás de la creación de bloques regionales como la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur) y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac).
Para continuar leyendo sobre este artículo haga click en El Nuevo Herald
No se pierdan el programa “Oppenheimer Presenta”, los domingos a las 9 p.m. en CNN en Español.
Etiquetas: Andres Oppenheimer, Latinoamerica