(Foto: Carlos Becerra Bloomberg)
Muchos opositores y exiliados venezolanos albergan la esperanza de que el presidente Donald Trump tome una línea dura contra Venezuela y ayude a restaurar la democracia en ese país. Pero soy escéptico de que eso ocurra, al menos por ahora, por motivos que no tienen nada que ver con Venezuela.
Es cierto que Trump ha recibido en los últimos días a la esposa del líder opositor venezolano Leopoldo López, y que el gobierno de Trump anunció el 13 de febrero el congelamiento de fondos del vicepresidente venezolano Tareck El Aissami en Estados Unidos, acusándolo de ser un capo del narcotrafico.
Y hay muchas otras cosas que Trump podría hacer unilateralmente –si quisiera– contra el gobernante venezolano Nicolás Maduro.
Trump podría, por ejemplo, ordenar al Departamento de Justicia de Estados Unidos que dé a conocer los nombres de los altos funcionarios venezolanos que recibieron $98 millones en sobornos de la constructora brasileña Odebrecht. Los pagos se hicieron entre 2006 y 2015 durante los gobiernos de Hugo Chávez y Maduro, según funcionarios estadounidenses que, junto con fiscales brasileños y suizos, participaron en la investigación.
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Etiquetas: México, Trump, Venezuela