No hay duda de que el izamiento de la bandera estadounidense en la embajada de Estados Unidos en La Habana es un tema importante, pero estoy un tanto aburrido de ver tantos reportajes en los medios estadounidenses que – ademas de ser repetitivos – están enfocando el evento con una monumental frivolidad.
¿Cuántas historias más sobre los viejos Chevrolets de la década de 1950 que todavía circulan en las calles de La Habana vamos a tener que soportar con motivo de la visita del secretario de Estado, John Kerry, a La Habana para presidir la ceremonia de izamiento de la bandera de Estados Unidos en la recientemente inaugurada embajada de Washington en Cuba?
¿Cuántas historias más vamos a tener que ver sobre los casinos que solían ser manejados por estadounidenses antes de la revolución? ¿O sobre el ingenio de los cubanos para reparar viejos refrigeradores estadounidenses fabricados antes de la revolución de 1959?
Es cierto que la nostalgia vende, y que a mucha gente le apasiona ver imágenes de un país congelado en el tiempo, pero hay una gran dosis de hipocresía que rodea esta visión frívola de la Cuba de hoy.
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Etiquetas: Cuba, EEUU, Embajada EEUU La Habana