(Foto: Shizuo Kambayashi – AP)
Durante una visita a Japón para entrevistar a varios funcionarios sobre la revolución robótica que tiene lugar en varios países asiáticos, se me hizo más claro que nunca que el presidente Trump está fantaseando si cree que logrará crear empleos manufactureros en Estados Unidos renegociando acuerdos comerciales con México y otros países.
Trump debería pasar menos tiempo en el campo de golf y darse una vuelta por Asia, donde vería lo rápido que Japón, China y Corea del Sur están desarrollando sus industrias de robótica. Estos países están reemplazando a un gran número de trabajadores por robots cada vez más rápidos, eficientes y baratos, y Estados Unidos tendrá que hacer lo mismo para seguir siendo competitivo.
Si Trump continúa con sus planes de renegociar los acuerdos de libre comercio con México y otros países con mano de obra más barata, los empleos que pretende traer de regreso no irán a trabajadores estadounidenses, sino a robots.
En Japón, que ya es uno de los principales productores de robots del mundo, el primer ministro Shinzo Abe está llevando a cabo un plan quinquenal de $1,000 millones para convertir a este país en una “superpotencia robótica”. El plan prevé la creación de nuevos robots industriales y de servicios, y la cuadruplicación de la producción de robots del país para 2020.
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Etiquetas: Educación, Japón, revolución robótica