(Foto: Leo Correa – AP)
Contrariamente a lo que está diciendo el ex precandidato demócrata Bernie Sanders y sus amigos de la vieja izquierda, la destitución de la ex presidenta de Brasil Dilma Rousseff no fue un golpe de estado. Lo que es un golpe de estado –y uno que ellos están ignorando– es la ruptura del estado de derecho por parte del régimen de Venezuela.
Rousseff, que fue formalmente expulsada de la presidencia tras un juicio político en el Congreso, fue destituida por manipular el presupuesto nacional para hacer que las finanzas del país se vieran mejor durante su campaña de reelección de 2014.
Sanders, haciéndose eco de los reclamos por los presidentes de Venezuela y Bolivia, dijo en un comunicado sobre Brasil el 8 de agosto que el “el polémico proceso de juicio político se parece más a un golpe de estado”. Agregó que “el esfuerzo para destituir a la presidenta Rousseff no es un juicio legal, sino más bien político. Estados Unidos no puede quedarse en silencio”.
¿Pero fue realmente un golpe de estado lo que pasó en Brasil, o incluso un “golpe blando”?
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Etiquetas: Dilma Rousseff, politica Brasil