(Foto: Andrew Harnik – AP)
Como una de las muchas víctimas de la aversión de Hillary Clinton a la prensa, no me sorprendió que su campaña ocultara durante dos días que le habían diagnosticado neumonía, y que sólo lo reveló después de que la candidata fue filmada tambaleándose mientras trataba de entrar a un vehículo.
La afición de Clinton al silencio ha sido durante mucho tiempo un secreto a voces entre los periodistas, lo mismo que su renuencia a dar conferencias de prensa. Clinton dio su primera conferencia de prensa formal en más de nueve meses el 8 de septiembre, y duró menos de 20 minutos.
Lo que es mucho más sorprendente es por qué la campaña de Clinton todavía no la ha convencido de que sea más abierta con los medios, y ponga fin a las teorías conspirativas de Trump. Increíblemente, la campaña de Clinton ha permitido que Trump se presente a sí mismo como un paladín de la transparencia, cuando la realidad es que él es mucho menos transparente que ella (regresaré al tema en un momento).
Como bien lo dijo David Axelrod, ex estratega de campaña de Obama, “los antibióticos pueden curar la neumonía. ¿Cuál es la cura para una afición poco saludable por la privacidad que crea constantemente problemas innecesarios?”
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Etiquetas: Elecciones Presidenciales EEUU 2016, Hillary Clinton