(Foto: Ramon Espinosa – AP)
El acuerdo de paz de Colombia con las guerrillas de las FARC ha sido aclamado como un acontecimiento histórico que dará lugar a todo tipo de cosas buenas, pero me temo que se trata de un evento que ha sido muy sobrevendido, y que ha convertido a Colombia en un país monotemático, donde se están postergando otros temas tanto o más importantes.
Mientras que los colombianos están debatiendo acaloradamente sobre el acuerdo preliminar de paz firmado por el gobierno del presidente Juan Manuel Santos con las FARC el 23 de junio en La Habana, y esta discusión se va a prolongar con un planeado referéndum sobre el tema, el país sigue estando escandalosamente atrasado en las áreas más importantes para su futuro: la educación y la innovación.
Por supuesto, la paz es un objetivo loable, incluso considerando el hecho de que las FARC se han reducido de 21, 000 a 7, 000 hombres en los últimos años, y que el acuerdo de paz de Santos está siendo criticado por organizaciones de derechos humanos por haberle dado demasiada impunidad a criminales de guerra. Y, por supuesto, la paz podría traer consigo más inversión, aunque quizás no tanta como la pronosticada por el gobierno.
Pero el debate sobre la paz ha capturado la agenda política de Colombia en los últimos tres años. La pelea entre Santos y su predecesor Álvaro Uribe sobre estos acuerdos ha eclipsado una conversación muy necesaria sobre el atraso de Colombia en áreas que son clave para su capacidad de competir en la nueva economía del conocimiento.
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Etiquetas: Colombia, Cuba, FARC, Juan Manuel Santos, peace agreement