(Foto: Gerry Broome AP)
Yo estaba de visita en Argentina cuando explotó en Estados Unidos el debate sobre la campaña para derribar las estatuas del general sureño de la guerra civil Robert E. Lee, y la polémica me sonó muy parecida a la que estaba teniendo lugar en Argentina sobre una petición para demoler los monumentos al “Che” Guevara allí. En ambos casos, hay una solución mucho mejor que destruir las estatuas.
¿Por qué no dejar que las estatuas de estas figuras históricas sigan en pie, y construir a su lado monumentos a sus víctimas, o a quienes pensaban diferente?
¿Por qué no construir, al lado de cada estatua de Robert E. Lee, un monumento a las víctimas de la esclavitud en Estados Unidos? O junto al monumento del líder guerrillero nacido en Argentina, una estatua recordando las personas que fueron ejecutadas por él en Cuba?
Los partidarios de los monumentos a estas y otras figuras controvertidas argumentan que son parte de la historia de cada país. Si así es la cosa, lo lógico sería colocarlos en sus respectivos contextos, junto a otras figuras históricas que representen puntos de vista opuestos.
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Etiquetas: argentina, Cuba, monumento Che Guevara