(Foto: Ariana Cubillos AP)
Si uno habla con presidentes y altos funcionarios latinoamericanos –como lo hice en días recientes– es difícil no concluir que la reciente declaración del presidente Trump de que no descarta una intervención militar estadounidense en Venezuela fue una estupidez monumental.
El comentario de Trump ha sido un regalo propagandístico para el gobernante venezolano Nicolás Maduro: le ha permitido cambiar el eje de la conversación en América Latina de la ruptura del orden demócratico en Venezuela hacia la posibilidad de una intervención militar estadounidense en su país.
Viendo la televisión en Perú y Argentina en días recientes, me sorprendió ver el impacto del anuncio de Trump del 11 de agosto de que “no descarto una opción militar” en Venezuela. Los medios de comunicación, que hasta hace poco solo hablaban de la ruptura del orden constitucional en Venezuela, ahora están hablando de la historia de las intervenciones estadounidenses en América Latina.
Días antes de que Trump hiciera su declaracion, el propio asesor de Seguridad Nacional de EEUU, el general HR McMaster, había dicho en una entrevista con MSNBC que no ve probable una intervención militar estadounidense en Venezuela. La “opción militar” de Trump ha sido rechazada por la alianza opositora MUD de Venezuela y por México, Brasil, Argentina y prácticamente todos los países de la región.
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Etiquetas: crisis politica, Trump, Venezuela