San José, California – Durante una visita a Silicon Valley, tuve un encuentro muy interesante con un vendedor del futuro: era un robot, y me dio una idea de cómo podría ser una buena parte del mundo del trabajo en menos tiempo del que muchos piensan.
El robot era una torre blanca de alrededor de 1.70 metros de alto, con una tableta electrónica en el pecho y otra en la espalda, cámaras en sus costados y un sensor con forma de cúpula en la cabeza, que deambulaba por el pasillo de entrada de una tienda de la cadena Lowe’s de artículos para mejoras en el hogar.
Cuando me acerqué a él, me dijo: “Hola, ¿hay algo que te pueda ayudar a encontrar hoy?”. Le respondí que estaba buscando un bombillo eléctrico, e inmediatamente me mostró en la tableta que llevaba en el pecho una docena de diferentes tipos de bombillos, cada uno con su respectiva foto y precio.
Seleccioné uno, y el robot me dijo: “Ese artículo parece estar en el pasillo 12. ¿Quieres que te lleve allí?” Le respondí afirmativamente, y la máquina replicó: “Por supuesto, sígueme”. Y se fue delante mío hasta el lugar donde estaba el bombillo.
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