(Foto: Andrew Medichini – AP)
Muchos de nosotros hemos alabado al Papa Francisco por su humildad y su tolerancia por las víctimas de la discriminación que el Vaticano había ignorado durante mucho tiempo, pero es hora de decirle alto y claro: ¡salga de Venezuela!
El esfuerzo de mediación del Vaticano en Venezuela ha sido un desastre. Ha legitimado al gobernante autoritario de ese país, Nicolás Maduro, lanzándole un salvavidas cuando millones de manifestantes exigían su renuncia en las calles en octubre de 2016. Y le ha permitido a Maduro ganar tiempo, fortalecerse y reprimir aún más a la oposición.
Varias entrevistas con líderes políticos venezolanos y el secretario general de la Organización de Estados Americanos, Luis Almagro, me convencieron de que la mediación del Vaticano –junto con la falta de una declaracion oficial de la coalición opositora dandola por terminada– se han convertido en los mayores obstáculos para restablecer la democracia en Venezuela.
La mediación del Vaticano junto a la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR) –una institución que no ha hecho más que defender a demagogos populistas– ha mirado hacia el otro lado mientras Maduro se ha rehusado a liberar a Leopoldo López y otros prominentes presos políticos, y ha aumentado el número total de presos políticos de 83 el año pasado a 108 hoy, según cifras del Foro Penal Venezolano.
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Etiquetas: Papa Francisco, Venezuela