(Foto: John Locher – AP)
A juzgar por lo que me dijeron varios presidentes latinoamericanos en entrevistas recientes, creo que una potencial victoria de Donald Trump en las elecciones del 8 de noviembre enfriaría las relaciones entre Estados Unidos y Latinoamérica, y empujaría incluso a los presidentes más proestadounidenses a tomar distancia de Washington.
Pocos presidentes latinoamericanos, incluso los más cercanos a Estados Unidos, arriesgarían su capital político poniéndose en contra del sentimiento generalizado –y muy justificado– contra Trump en sus respectivos países.
En una entrevista llevada en el palacio presidencial de Argentina, el presidente Mauricio Macri –un empresario de centro derecha que está tratando de alejar a su país de las desastrosas políticas populistas y antiestadounidense de su predecesora Cristina Fernández de Kirchner– me dijo que “sentimos mayor cercanía” con la candidata demócrata Hillary Clinton en la campaña presidencial de EEUU.
“En términos de seguir intensificando las relaciones, nos hace sentir más cómodos frente a un discurso bastante aislacionista que ha tenido el candidato Donald Trump, la posibilidad de continuar trabajando con Hillary Clinton”, me dijo Macri. Agregó que Argentina trabajaría y cooperaría con quienquiera que salga electo en Estados Unidos.
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Etiquetas: Donald Trump, Elecciones Presidenciales EEUU 2016