La decisión del presidente mexicano Enrique Peña Nieto de suspender indefinidamente la evaluación de maestros — el centro de su muy aplaudida reforma educativa — es un error catastrófico que mancha su presidencia y probablemente perjudicará a México por varias décadas.
Suena como una exageración, pero no lo es.
Tal como lo han señalado el Foro Económico Mundial y varias otras organizaciones, el principal motivo por el que México no está creciendo más rápido no son sus políticas económicas — como se podría decir de Venezuela o Argentina — sino su deficiente sistema educativo. Debido a sus malas escuelas, México no puede tener una mano de obra más calificada para competir con China, Corea del Sur y otras potencias manufactureras del mundo emergente.
El sistema educativo de México ha sido secuestrado desde hace mucho tiempo por poderosos sindicatos de maestros que quieren preservar sus privilegios, como permitir que sus partidarios —independientemente de sus credenciales académicas – puedan comprar o heredar empleos vitalicios de maestros.
Muchos maestros mexicanos son contratados por sus conexiones sindicales, y ni siquiera pisan un aula. Según el grupo ciudadano Mexicanos Primero, hay 298, 000 maestros de escuelas públicas que nunca enseñan, sino trabajan como activistas sindicales, a costa de los contribuyentes.
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Etiquetas: Andres Oppenheimer, México