Ciudad de Panamá — El apretón de manos entre el presidente Obama y el gobernante cubano general Raúl Castro no fue el único síntoma de un cambio de vientos políticos en la Cumbre de las Américas: gran parte de la región dio muestras de una creciente fatiga ideológica, y de un nuevo anhelo de pragmatismo.
Claro que hubo los discursos habituales de Cuba, Venezuela, Ecuador y otros países autoritarios culpando al “imperialismo” estadounidense de sus problemas internos, pero la mayor parte de lo que ocurrió en la cumbre mostro una clara pérdida de influencia de Venezuela en la región, y un deseo por la mayoría de los países de no antagonizar a los Estados Unidos.
La economía latinoamericana está pasando por uno de sus peores momentos de los últimos 15 años tras el desplome de los precios de las materias primas, según datos de las Naciones Unidas. Y con China pasando por una desaceleración económica, Rusia en bancarrota y Europa estancada, muchos países latinoamericanos ven el crecimiento de la economía estadounidense como su mejor apuesta para aumentar sus exportaciones y buscar nuevas inversiones.
Entre los síntomas de los cambios políticos que vi en la cumbre:
Contenido Relacionado En primer lugar, Venezuela no logró un consenso para una declaración final de la cumbre que condenara el reciente decreto ejecutivo de Obama negando visas de entrada a Estados Unidos y congelando los depositos bancarios de siete figuras del gobierno venezolano acusados de violaciónes de derechos humanos y corrupción, según dijeron funcionarios panameños horas antes de finalizar el evento.
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Etiquetas: Andres Oppenheimer, Cumbre de las Americas