Contrariamente a lo que sugieren los titulares, lo más importante de la iniciativa del presidente Barack Obama para normalizar las relaciones con Cuba no será la apertura de embajadas, ni una posible avalancha de turistas estadounidenses a la isla, sino si el régimen cubano aceptará la ayuda estadounidense para expandir el acceso a internet.
En su anuncio del 17 de diciembre sobre el inicio de negociaciones para restablecer relaciones diplomáticas plenas con Cuba, Obama dijo que uno de los principales propósitos de su nueva política hacia la isla es ayudar a conectar al pueblo cubano con el resto del mundo. Con ese objetivo, Washington eliminará varias regulaciones que impedían a las empresas estadounidenses exportar teléfonos inteligentes, software de internet, y otros equipos de telecomunicaciones, dijo.
Pero a juzgar por lo que me dicen varios visitantes que acaban de regresar de la isla — más sobre esto en un momento — hay buenas razones para ser escépticos de que el régimen cubano permitirá que esto suceda.
Cuba tiene la tasa de penetración de internet más baja de América Latina, y una de las más bajas del mundo. Solo el cinco por ciento de los cubanos tiene acceso a internet sin restricciones, de acuerdo al reciente estudio “La libertad en la Red” de la organización Freedom House, con sede en Washington.
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Etiquetas: Andres Oppenheimer, Cuba, EEUU, Internet